Eguzki izpietatik babestearen garrantzia

Ya estamos en plena temporada de verano. Un momento idílico para practicar actividades al aire libre, con la familia, los hijos o los amigos. ¿Pero cuanta importancia damos a la protección del sol?
Siempre pensamos en la protección solar cuando vamos a la playa, pero pocas veces nos acordamos que en cualquier momento en el que estamos al aire libre los rayos solares nos están afectando.
Como nos afecta el sol

Es una buena fuente de vitamina D que fija el calcio en los huesos, estimula las defensas aumentando la resistencia y favorece la circulación.
A la vez el sol irradia una radiación invisible conocida como radiación ultravioleta. Esta puede ser de tipo A y de tipo B pero las dos son dañinas para la piel.
Daños causados por el sol:
o Envejecimiento prematuro de la piel.
o Aparición de pecas y manchas.
o Daño en la piel por aparición de melanomas.
o El daño se acumula y es irreversible.
o Lesiones oculares.
o Los rayos UVA inciden en las capas más profundas de la dermis, causa principal de las quemaduras.

¿Nuestra piel nos ayuda?
Nuestra piel se protege de forma natural al sol gracias a la melanina, la sustancia que impide el traspaso de las radiaciones solares a la piel.
Las personas con la piel más oscura tienden a generar más melanina y por lo tanto no les afectan tanto los rayos solares.
En cambio las personas de piel más sensible producen menos y les afectan más los rayos de sol.
En todo caso todas ellas tienen que llevar protección solar con más o menos graduación.
Tipos de piel
FPS de 60 = Tipo 4 (hipersensible, no se broncean)
FPS 40 = Tipo piel 3 (blancas con tendencia a enrojecer y no se broncean)
FPS 30: Tipo 2 y 1 (se broncean con facilidad)
¿Qué podemos hacer para protegernos del sol?
La mejor manera de protegernos del sol es con la protección solar que actúa como filtro para reducir la cantidad de rayos que afectan a la piel.
Medidas:
Evitar tomar el sol entre las 12 y las 16.

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