Prepárate para los meses de más calor
¿Has realizado ya el cambio de ropa en tu armario para adaptarla a la nueva estación y al colorcito que llegará en verano?
Si no lo has hecho ya, seguro que será una de las tareas prevista para esta primavera. Cambiar la ropa que utilizamos en las diferentes estaciones nos ayuda a sentirnos más cómodas.
Igualmente, sería conveniente realizar un cambio en nuestro armario de cocina e introducir los alimentos que vamos a utilizar a partir de esta estación.
Ya está empezando a hacer calor, y es precisamente la temperatura una de las razones por las que necesitamos ajustar nuestra dieta, de tal forma, que nos sintamos más ligeras y frescas cuando el clima es caluroso.
La otra, es el cambio energético que se produce con los cambios de estación. Si observas, te darás cuenta, de que la energía en primavera y verano es una energía que favorece la apertura, la descarga, las relaciones, la actividad… Mientras que en otoño e invierno ocurre lo contrario.
Cuando conoces la energía de los alimentos y aprendes a cocinarlos con el método adecuado, consigues fluir y favorecer la energía de la estación de tal forma que te sientes realmente bien.
¿Comenzamos?
En los meses de calor, de manera natural comemos menos, por lo que nuestra dieta debería ser más ligera, dando preferencia a alimentos menos densos cómo las verduras, y especialmente a los de cualidades ascendentes y expansivas como las hojas verdes y los germinados.
La cantidad de alimentos densos como cereales o legumbres se podría reducir, seleccionando los que sean más refrescantes y eligiendo para su preparación estilos de cocción más frescos.
Es hora de comenzar a enfatizar los alimentos crudos con cualidades enfriadoras, por lo que las preparaciones en primavera y verano serán más simples y rápidas.
Como siempre, observa cómo te sientan, los alimentos y preparaciones crudas son ideales en épocas de calor, de mucha actividad física o si la persona tiene síntomas de calor, pero si notas que no te sientan bien porque debilitan tu digestión o inflaman tus intestinos, prueba a macerar los ingredientes para tus ensaladas en condimentos salados a base de shoyu o a amasarlos con una pizca de sal y dejarlos reposar durante al menos media hora antes de consumirlos. Cualquiera de estas opciones, facilitará la digestión de alimentos no cocinados.
La cocción al vapor es la ideal cuando comienza el calor. Su efecto es ligero, relajante, calma y nutre el plexo solar. Realzando además el sabor dulce de las verduras.
Para aromatizar tus preparaciones, puedes colocar aromáticas en el agua, como hojas de laurel o ramitas de romero.
Las verduras cocinadas de este modo, sirven luego para consumirlas calientes, recién sacadas o frías a modo de ensaladas con tu aliño favorito. De hecho, si no tienes mucho tiempo para cocinar, puede ser una buena idea, hacer una buena cantidad y guardarla en el frigorífico para consumirla cuando vuelvas del trabajo.
Si te gustan más los platos con aceite, elige el salteado corto. Para prepararlo, utiliza una sartén amplia tipo wok, caliéntala y añade un poco de aceite e incorpora inmediatamente las verduras.
Es importante que la temperatura esté constante y alta para que las verduras queden crujientes.
Añade luego una pizca de sal marina o shoyu. Esto ayuda a sacar los jugos naturales de las verduras y a que se hagan en su propio jugo, realzando su sabor.
Saltea continuamente con el fuego alto y sin tapa hasta que las verduras estén al dente, unos 4 o 5 minutos, dependiendo del tamaño, la cantidad y el tipo de verdura elegida.
Alimentos recomendados:
Estos son algunos de los alimentos que mejor te van a sentar y más te van a apetecer durante los meses de calor. Recuerda una vez más, escucharte y amoldar tu alimentación a tu condición física.
Verduras: son el alimento estrella para los meses de calor, no en vano la naturaleza comienza a ofrecernos plantas comestibles salvajes como el diente de león, la ortiga o la achicoria, que convendría reconocer y aprender a utilizar en nuestros platos, pues están llenas de propiedades curativas para los órganos asociados a los primeros meses de calor: hígado y vesícula.
Son especialmente recomendables las verduras de hoja verde, ricas en clorofila, tan importante para nuestra salud. Ahora es el momento de consumir espárragos trigueros, alcachofas, perejil, berros, rúcula, puerro, cebolleta, apio, lechugas…
Los brotes de semillas, representan claramente la energía ascendente y creativa de la primavera. Puedes prepararlos en casa a partir de semillas de verduras como alfalfa, ajo, puerros… o de legumbres que podrás utilizar después de 2 o 3 días de germinación.
Otro grupo de alimentos, con efecto depurativo y enfriador son las setas y champiñones, especialmente las shiitake, así como los rabanitos y otros nabos.
Cereales: la cebada es el cereal ideal para la primavera. Ayuda a disolver acumulaciones de grasa y crea apertura. A medida que vaya haciendo más calor, comienza a introducir el arroz de grano largo o basmati, la quinoa y derivados de cereal como bulgur, cuscús, pasta o polenta, cuyas preparaciones, además de más rápidas, son más refrescantes.
Proteínas vegetales: Dar preferencia al tofu, más refrescante que el tempeh y el seitán. En cuanto a las legumbres, las lentejas verdes son ideales para la primavera. Las puedes preparar en ensaladas, o en estofados con verduras de estación. Los guisantes secos, quedan deliciosos en cremas combinados con toques de limón.
Algas: Las algas son ideales para depurar, pues ayudan a movilizar depósitos de grasas. Utiliza a diario las más ligeras: wakame, arame y dulse.
La ideal para este momento de depuración es la agar agar, saciante y laxante, ayuda a una correcta eliminación. Siendo útil, además, en caso de cálculos biliares.
Esta alga se utiliza habitualmente para la elaboración de gelatinas preparadas con zumos naturales, pero puedes incorporarla también a tus ensaladas, una vez hidratadas.
Frutas: Este es el mejor momento para disfrutar de la fruta fresca de temporada. En primavera el sabor ácido de las fresas y algunas manzanas, como la granny, estimularán la función hepática.
Disfruta de la variedad que va llegando con el paso de los meses, nísperos, cerezas, ciruelas, albaricoques, melocotones, frambuesas, melones, sandías…
Si vas a tomarlas en zumo o batidos, lo ideal es tomarlos por la mañana, pues te activarán, y dejar la fruta cocida, que es más relajante, para la tarde.
Si te apetece una combinación depurativa prueba el licuado de manzana-zanahoria-apio, queda delicioso y refrescante.
Y si eres de las que le gusta seguir con los tés calentitos, aquí te dejo mi sugerencia: té de cebada, elaborado directamente a partir del grano, resulta una bebida muy agradable que puedes tomar caliente o fría, tal cual, o acompañada de toques de limón y canela.
Sus propiedades, muchas: ayuda a regular el colesterol y los niveles de glucosa en sangre, equilibra la microbiota intestinal y fortalece el sistema inmune, entre otras.
Prestaketa:
Tuesta 2 cucharadas de cebada en una olla.
Cuando el grano empiece a cambiar de color y se vuelva doradito, añade 1 litro de agua y lleva a hervor.
Baja la llama, tapa y deja cocinar durante 10 minutos.
Listo.
¡Feliz primavera!
Artículo escrito por Isabel Moreno, consultora Macrobiótica y creadora de Macrosano